¿QUÉ HACEMOS CON LAS PILAS?

Las pilas no son inofensivas

Lo mejor es saber distinguir entre los distintos tipos de pilas que hay en el mercado y cuales son sus «contraindicaciones».
En la Argentina se venden 5 tipos de pilas no «recargables» compuestas por los siguientes minerales:

1- carbón – zinc
2- alcalinas
3- cloruro de zinc
4- óxido de plata
5- óxido de mercurio

Las dos primeras son las más comunes; las usamos para radios, linternas, controles remotos, etc.
Ambas contienen diferentes porcentajes de mercurio. Las otras tres también se venden mucho y son las baterías, botón de los relojes, calculadoras, cámaras de fotos.

El porcentaje de óxido de mercurio en éstas puede llegar al 50% de su peso total. En ambos grupos existe un elemento altamente contaminante: el mercurio.
Cuando uno arroja pilas con mercurio a la basura, estas van a parar junto con el resto de los residuos a la tierra. Y a pesar de estar descargadas, seguirán descargando ese mineral a su alrededor.
Si multiplicamos las pilas que usa cada habitante por la cantidad de habitantes, nos daremos cuenta con horror, cómo estamos contaminando nuestra tierra con mercurio. O sea, que la posibilidad de ingesta de este mineral no es un mal lejano. Puede provocar daños cerebrales, en los riñones y en la función motora.
La mayoría (no todas) de las pilas y baterías «recargables» de ahora, carecen de mercurio. Sin embargo contienen níquel y cadmio, dos metales pesados altamente tóxicos.
La exposición al níquel puede destruir los tejidos de las membranas nasales. Mientras los estudios sobre el cadmio, lo califican como cancerígeno y causante de trastornos en el aparato digestivo. Además de resultar altamente peligroso para las embarazadas.

Y entonces…¿qué pilas convienen más?
Ninguna. Lo más conveniente es buscar otras fuentes de energía. Si tu radio también funciona con electricidad, dejá de lado las pilas. Si no hay más remedio que usarlas, te damos algunos consejos:

1- Usa pilas y baterías recargables. Estas pueden reemplazar a las alcalinas o a las de carbón – zinc en cualquier producto de alto consumo. Sus precios, claro, son más altos; pero a la larga, por ser recargables, saldrán más baratas. Sus fabricantes garantizan 1000 recargas e incluso una duración para toda la vida. Al no tener que tirarlas después de un único uso, el daño ecológico es menor.
2- Hay que comprar un aparato recargador de pilas (sirve para todas las marcas) y una vez que la pila está totalmente descargada, se les conecta por 3 horas y quedan como recién compradas.
3- Jamás conectes una pila no-recargable al recargador, pueden explotar.

¿Qué hacemos con las pilas, dónde tirarlas?
Pilas y baterías recargables no son una solución, pero si una buena alternativa. Lo más importante es buscar nuevas formas de consumo para tener energía.
Aquí van algunos consejos para ayudar al medio ambiente
*Nunca mezcles pilas nuevas con usadas. Sólo lograrás reducir la vida útil de ambas, ya que las nuevas pasan su energía a las viejas.
*Busca pilas recargables de marcas reconocidas y que tengan impresa la leyenda: Libre de Mercurio (mercury free).
*Cuando vayas a comprar una calculadora o un reloj, recuerda que existen los de «energía solar», y relojes que funcionan con nuestro pulso.
*Jamás hay que tirar las pilas al inodoro o al río. Tienen un altísimo poder de contaminación en el agua.
*No amontonar las pilas en un solo lugar. Es preferible desprenderse de ellas de a poco. Todas juntas son más peligrosas.
*Nunca las quemes. Esta práctica puede tener un efecto nocivo inmediato para tu salud, porque se desprenden los vapores de los metales pesados.

Difunde todo esto a todas las personas que conozcas.


Seguimos averiguando donde tiramos las pilas que ya usamos y aún tenemos en nuestro poder.

COMPOSICIÓN DE LAS PILAS

Las pilas son generadores Portátiles que convierten la energía química en eléctrica. Por sus características químicas, pueden considerarse residuos nocivos con presencia de metales pesados.
Las pilas alcalinas, están compuestas por dióxído de manganeso y zinc, y las comunes por zinc y carbono.
Respecto a las micropilas, existen diferentes clases: las constituidas por zinc-aire, las alcalinas, las de óxido de plata, las de lítio y 1as óxido de mercurio, habiendo una larga lista de otros componentes.
Según estudios especializados, una micro pila de mercurio, puede llegar a contaminar 600.000 litros de agua, una de zinc-aire 12.000 litros, una de óxido de plata 14.000 litros y una pila común 3.000 litros.
Al descomponerse la capa protectora que las recubre, se liberan los metales que contienen, y allí se produce la contaminación.
Entre las consecuencias que pueden acarrear estos metales en los seres humanos y animales podemos citar:

 en el caso del mercurio, daños en el sistema nervioso, fallas renales, trastornos gastrointestinales y de acuerdo con la dimensión de su ingestión, hasta la muerte;
 el manganeso (óxido de manganeso) puede afectar tanto el sistema nervioso central como e1 hígado;
 las sales de plata, el zinc, el litio, el cadmio, también son elementos nocivos para la salud, si por algún motivo se incorporan al organismo.

Destino final

En cuanto al destino final de las pilas, no es posible hoy en el país, pensar en el recilclado, no quedando otra alternativa que el almacenamiento en condiciones controladas.
Para las pilas alcalinas, no existe tecnología de reciclado desrrollada. En cuanto a las pilas de mercurio, que sí es posible reciclar, el problema es que el proceso es tremendamente costoso.
A corto y mediano plazo, no se vislumbra otro método posible que sustituir los metales tóxicos por otors que no presenten peligros, pero las alternativas que hasta ahora se han manejado, no ofrecen una solución universalmente practicable.

En Alemania, existe desde 1986, un convenio entre el Ministerio de Medio Ambiente y los fabricantes, a fin de reducir el contenido de mercurio en las pilas. En España se busca una línea de pilas sin mercurio, y en diferentes países europeos se viene estudiando el problema relativo al poder contaminante que ellas poseen.

TRATAMIENTO ESPECÍFICO PARA LAS PILAS

Ya se ha explicado porqué las pilas no pueden ser colocadas con el resto de la basura de las casas, y mucho menos arrojarlas a cuaquier sitio.
El Municipio de General Roca (provincia de Río Negro, República Argentina), ha dispuesto el siguiente tratamiento final para las pilas recoletadas:

1º Se aplicará primeramente la denominada tecnología de estabilización, que consiste en eliminar sus características peligrosas por medio de rezcciones químicas que reducen notablemente su solubilidad y movilidad, y eliminan prácticamente su toxicidad.
Para ello las pilas serán colocadas en bolsas plásticas, donde se colocará el correspondiente agente químico estabilizador. Luego las bolsas serán termoselladas.

Por lo general, los compuestos inorgánicos, son los de uso mas extendido en las estabilización de estos residuos sólidos. Algunas reacciones típicas son:

a) Plomo
Agente de estabilización:
a.1) Hidróxido de calcio.
a.2) Sulfuros de sodio.

b) Acido Sulfúrico
b.1) Agente de estabilización: Hidróxido de Sodio.

c) Cadmio
Agente de estabilización: Carbonato de Sodio.

d) Mercurio
Agente de estabilización: Sulfuro de Sodio, Sulfuro de Calcio.

2º Las bolsas termoselladas, y con el estabilizador, serán colocadas en un repositorio especialmente acondicionado que limita totalmente la posible migración de contaminantes, pues los aisla y elimina la exposición a la lixiviación.
Este repositorio se ubicará la Norte del núcleo urbano en zona de bardas. El lugar será convenientemente señalizado.

REPOSITORIO PARA LAS PILAS

Las características básicas del repositorio para las pilas, se pueden ver en la siguiente figura que representa un corte transversal del mismo:

1 – Contrapiso de Pendiente
2 – Terreno natural compactado
3 – Hormigón de limpieza
4 – Polietileno de 200 micrones
5 – Pared de homigón armado
6 – Membrana de polietileno de Alta densidad
7 – Bolsas con pilas estabilizadas en masa de hormigón

El proceso planteado, evita mediante tres barreras de seguridad (estabilizador químico – bolsa de polietileno – repositorio) todo peligro de contaminación y asegura que esta situación se mantenga a lo largo del tiempo.

CAMPAÑA PARA EL TRATAMIENTO DE PILAS
organizada por el Rotary Club de Mar del Plata para el período 1997/1998 con el auspicio y apoyo de la Subsecretaría de Medio Ambiente de la Municipalidad de Gral. Pueyrredón

El porqué de esta campaña

Desde hace varios años, Rotary Internacional bajo el lema «Preservemos el planeta Tierra» comenzó a trabajar y a pedir colaboración a todos los Rotary Club que lo componen en promover inquietudes para lograr en conjunto y para las generaciones venideras preservar el planeta Tierra.
Este llamado ha tenido eco en casi todos los clubes del mundo y se ha logrado que aún luego de finalizado el período rotario que proponía esa tarea, los Rotary Club sigan trabajando en defensa del medio ambiente.
Nuestro club creyó que a esa tarea la debemos realizar entre todos, aportando cada uno su granito de arena. Enterándonos de la cantidad de tareas que se pueden desarrollar en este tema, pero siendo concientes que lo mejor es elaborar una sola pero bien encaminada, es que estudiamos el gran daño ambiental que causan al ser arrojadas en lugares donde toman contacto con el agua las pilas usadas.
Hoy en día se las arroja sin medir sus consecuencias en terrenos baldíos, en la calle o en la bolsa de residuos, la cual al ser depositada en los predios de deposición de basura toma contacto con lluvias que se filtran a las napas subterráneas causando la contaminación de las napas de agua potable.
Siendo concientes de no poder realizar esta tarea solitariamente es que solicitamos a la Municipalidad del partido de General Pueyrredón datos de tareas realizadas en este tema. En la Municipalidad existía un programa muy bien preparado pero olvidado, casi nulo en lo que respecta a la difusión, muy tenue en la recolección y lo mismo en la disposición final.
Nuestra idea fue reforzar la difusión a nivel total en la ciudad e incrementar al máximo la recolección. Esta idea fue explicada a la Subsecretaría del Medio Ambiente de la Municipalidad, haciendo saber que tendrían que reforzar en total medida la recolección (para la cual aportamos ideas), la planta de tratamiento y la disposición final e indicándoles que esta campaña no tiene fin.

Objetivos

El programa que aquí se presenta tiene por objetivo dar una respuesta definitiva y segura al problema que representa la disposición de pilas usadas, que son residuos de alta toxicidad y por lo tanto peligrosos.
Las pilas contienen varios contaminantes considerados peligrosos entre los que figuran el zinc, cadmio, plomo y mercurio.
La contaminación se produce generalmente por lixiviación, ya que el proceso electroquímico de las pilas no se agota cuando ésta deja de entregar energía suficiente sino que continúa produciendo corrosión por diferencia de potencial, que deriva en la destrucción de la envoltura metálica. De este modo los iones de los metales pesados pasan a formar parte del lixiviado.
Disminuir al máximo el riesgo de que el proceso descripto se produzca es el mayor objetivo de este programa, ya que al no contar con posibilidades de impedir o eliminar la continuidad de los procesos electroquímicos deben pensarse medidas de seguridad para que los elementos contaminantes no formen parte del lixiviado que se produzca.

PROGRAMA DE TRATAMIENTO DE PILAS

Desarrollo del Programa

El programa consiste en dos etapas principales:
separación-recolección y tratamiento-disposición final, donde cada una requiere planificación y control estricto, ya que deben contemplarse pautas de seguridad en el manejo de las pilas y evitar la acumulación sin tratamiento.
Las etapas se han implementado en el Municipio de General Pueyrredón del siguiente modo:

Separación – Recolección

La separación se estructura en base a una campaña de difusión y concientización, para lo cual se realizan folletos explicativos de los riesgos y perjuicios que ocasionan las pilas y de los lugares donde se pueden depositar.
Paralelamente se trabaja con establecimientos educacionales de nivel inicial y primario sobre la problemática de la contaminación de napas de agua por pilas usadas, apuntando a la elaboración de consignas y de cambios de actitud.
Como corolario del trabajo con las escuelas se organiza una marcha con los niños sobre el centro y barrios de la ciudad, en la que son ellos quienes actúan de difusores de la consigna de separar pilas usadas.
Por otra parte se refuerza la campaña con avisos en medios gráficos, radiales y televisivos de la ciudad, apuntando a una máxima difusión del programa.
Para encarar la etapa de recolección se han instalado buzones en distintos puntos de la ciudad, fundamentalmente en escuelas, sociedades de fomento, dependencias municipales, supermercados, universidad y comercios que voluntariamente se adhieran para colaborar.

Los buzones se encuentran identificados mediante una calcomanía y debe verificarse su estado de conservación, como así también exigir al responsable del lugar que se prohíba arrojar otros desechos que no sean pilas en desuso.

La recolección en nuestro municipio se encuentra a cargo de la empresa prestataria del servicio de recolección de residuos domiciliarios, la cual lo realiza con un vehículo especialmente designado a dicha tarea.
Se realiza una recolección semanal, completándose en el lugar una planilla de información donde se registra fecha, domicilio, cantidad de pilas recolectadas y firma del responsable del local.
De este modo se genera una estadística en la respuesta del público, permitiendo además evaluar cómo funciona la recepción en cada lugar.

Tratamiento – Disposición final

El tratamiento de pilas en desuso consiste fundamentalmente en obtener un mecanismo que asegure que no se producirá contaminación por lixiviación. En tal sentido se ha diseñado un sistema que cuenta con cinco barreras de seguridad, conformadas por el uso de tres componentes:

 Compuesto químico que neutraliza, inhibe y secuestra posibles pérdidas de los metales pesados que contienen las pilas. (En adelante «el secuestrante»)
 Bolsas de polietileno de alta densidad, termoselladas con extracción de aire.
 Claustro (bloque de hormigón).

Los pasos del tratamiento, con los cuales se obtienen las cinco barreras de seguridad, son los siguientes:

1. Se toma una cantidad aproximada de cincuenta pilas, introduciéndolas en una bolsa pequeña y se vuelca en su interior polvo secuestrante en cantidad suficiente para que las pilas queden cubiertas totalmente. (Secuestrante 1ra barrera-Bolsa termosellada 2da barrera).

2. Se colocan de tres a cinco bolsas pequeñas en una bolsa mayor, repitiendo el vuelco del polvo secuestrante en su interior, realizando el posterior termosellado con extracción de aire de la bolsa grande. (Secuestrante 3ra barrera-Bolsa termosellada 4ta barrera).

3. La bolsa grande se introduce en un molde para la construcción del bloque de hormigón, previniendo que mantenga una distancia apropiada de sus caras superior e inferior como así también de sus laterales, recomendándose que sea como mínimo de cinco centímetros la distancia con el exterior del bloque terminado. Para esto se debe realizar un primer vuelco de material, vibrarlo, verificar el espesor resultante, introducir la bolsa y completar la carga, rasando por último la cara superior. (Bloque de hormigón 5ta barrera).

Una vez terminado el tratamiento, la disposición final se refiere al uso posible de los bloques de hormigón. En nuestra experiencia se ha generado algún debate respecto al uso y al formato de los bloques; actualmente se los está utilizando para el cierre del predio donde se realiza el propio programa de pilas, evaluándose a futuro la posibilidad de su utilización para el cercado de seguridad de algunos de los predios de disposición de residuos domiciliarios.
Respecto al formato, el diseño original se había desarrollado en función de bloques que se articularan, sin necesidad de uso de mezcla en juntas para su unión; posteriormente se verificó que dicho formato presentaba problemas por roturas en las partes de menor sección (cuello) y que, por el peso final del bloque, su manipulación pone en riesgo su trabajo previo.
En tal sentido se experimenta actualmente con un formato sencillo, como el de un ladrillo tradicional, que facilite tanto la ejecución del mismo como su manejo posterior. Las dimensiones del mismo se han previsto en función de garantizar por lo menos cinco centímetros de cobertura total circundante sobre las bolsas.
De este modo se evitarán roturas por manipulación y acopio, por lo cual hay que tener especial cuidado en el momento de llenado del molde, observando que la vibración del hormigón no haga descender la bolsa con las pilas, disminuyendo el espesor del material requerido.

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