PROTECCIÓN ESPACIAL

La cualidad de lo que nos ocurre depende de la profundidad con que estamos viviendo conscientemente cada instante. Por eso, quien colabora con la evolución sin limitarse a los niveles densos de la existencia, entra en una esfera de protección especial, pasa a estar bajo la regencia de aspectos más amplios de las leyes universales.

Cuando se enfocan sólo los aspectos naturales de esas leyes, todo queda restringido a los límites de la materia y, así, quien las sigue, permanece circunscripto a posibilidades estrechas.
A medida que la vida y la consciencia del ser humano comienzan a expandirse y a tomar rumbos más vastos, él pasa a estar regido por otros aspectos de las leyes, aspectos con características de planos más amplios. Entonces ocurre lo que se llama «milagro».
Milagro es la palabra con la que solemos denominar a un acontecimiento que para nosotros es extraordinario, pero que, sin embargo, es normal y común para la consciencia supramental. Se torna posible cuando están vigentes los aspectos más inmateriales de las leyes universales, en general desconocidos para quien se limita y condiciona demasiado a la vida humana y natural.
En la protección especial que empezamos a tener cuando nos guiamos por aspectos superiores de las leyes universales, los accidentes representan una realidad muy diferente para nosotros. Desde el punto de vista energético, los accidentes son el resultado de vibraciones inarmónicas y desordenadas en algún nivel de la consciencia. En los lugares donde se cultiva la armonía y el orden, son insignificantes o rara vez ocurren.
Los estados de pesimismo y de depresión, resultado del distanciamiento del hombre del centro de su consciencia, generan la posibilidad de que le ocurran accidentes. El miedo a sufrirlos también es un camino seguro para pasar por ellos.
Pero cuando se dirige la mente hacia el lado positivo de la vida, la probabilidad de accidentes en el plano físico, o en otros, es remota.
La falta de contacto con la energía vital interna permite que se instalen desequilibrios físicos o psíquicos en una persona. Existen muchas razones por las cuales, en el mundo exterior, alguien llega a desvitalizarse, pero ninguna influiría sin esta causa primordial: la falta de conexión entre el yo consciente y el mundo interior. Téngase presente que si se está dentro de una esfera benigna, el caos no podrá instalarse.
Quien desea evolucionar necesita saber que, al cuidar demasiado de las cosas del plano físico, permanece en el terreno de los aspectos inferiores de las leyes universales, aspectos meramente naturales, y se vuelve más receptivo a lo inarmónico. Por ello, no debería prevenirse contra los accidentes de manera obsesiva.
No querer sacar demasiado provecho de la vida y de sus cosas, sino donarse sin límites, es lo que se propone en esta nueva era de la Tierra. Esa es la forma de ingresar en el aura de protección especial.

Extraído del boletín Señales de Figueira
Los libros de Trigueirinho están publicados por Editorial Kier

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