Breves conceptos sobre la historia del masaje
El empleo de técnicas de contacto llamadas genéricamente «masajes», se remonta al comienzo de los tiempos. Existe variada información acerca del empleo de las manos y otros elementos como instrumentos para actuar sobre el cuerpo proporcionando bienestar, relajación, efectos terapéuticos en diferentes dolencias.
La historia nos habla de períodos en los cuales el cuerpo era cuidadosamente atendido, incluso en exceso a menudo, haciendo un culto de la forma, la belleza, el estado de salud, el estado atlético, todo esto en abierto contraste con otras épocas en las que se renegaba del cuerpo, considerándolo como una carga, proclive a caer en el «pecado de la carne» y condenado por la iglesia.

Ventajas del masaje bioenergético
El sistema empleado involucra todas las áreas de la persona, priorizando el conocimiento de las acciones biológicas del masaje sobre los diferentes tejidos, desde el epitelial de la epidermis hasta el conectivo de los huesos, articulaciones, vísceras, pasando por los músculos, todo ello integrado a través del sistema nervioso y endócrino.
La observación atenta de las relaciones entre las maniobras de masaje y sus efectos, permite reconocer los beneficios que reporta su aplicación. La importancia de la percepción táctil en el desarrollo infantil, ha sido comprobada reiteradamente, reconociéndose en la actualidad el peligro que implica para un niño la ausencia del contacto corporal en su desarrollo, sobre todo aplicados en la estimulación temprana.
Pero también los adultos necesitamos del contacto corporal en forma de abrazos, caricias, y porqué no, de masajes.
Cuando estudiamos cada sistema del organismo, nos sorprende llegar a la misma conclusión: el objetivo final del trabajo consiste en metabolizar, transportar, seleccionar todo el material disponible para ponerlo a disposición de la célula.
Así la célula se convierte en protagonista, heroína, responsable, víctima del destino de todos los cuerpos vivos.
Si aceptamos que la piel y el sistema nervioso tienen un mismo origen embrionario, surge como evidencia que al actuar sobre la piel, estamos influyendo hasta el mismo cerebro. Es lógico, entonces, suponer que el masaje debe ser la primera técnica a aplicar sobre el cuerpo, provocando múltiples reacciones reflejas integradoras que favorecerán la respuesta global del organismo.
A lo estrictamente fisiológico se agrega un beneficio extra, pues a medida que trabajamos en comunicación con «el otro», nuestras vibraciones comienzana armonizar y poco a poco, recibimos una información proveniente de otro plano más sutil, más enérgico, como un diálogo entablado entre dos almas.
Ahí, el masaje científico se convierte en sabiduría espiritual.
Dice Bertrand Rusell: «El hombre, se convierte en el producto de causas que no tienen previsión del fin para el cual fueron puestas en marcha. Su origen su crecimiento, sus miedos y esperanzas, sus amores y creencias, no son sino el resultado de la manera incidental en que se ubican los átomos. Todos los trabajos realizados durante las diferentes épocas, toda la inspiración, toda la devoción, el genio humano, están destinados a la extinción en la vasta muerte del sistema, enterrados bajo los escombros de un universo en ruinas».
Es obvio que este tipo de pensamiento no hace sino exteriorizar la impotencia del ser humano para conservar sus aspiraciones, creencias, ideales, valores, en un mundo inhumano.
Esa impotencia nos conduce progresivamente a una violencia cada vez mayor, buscando satisfacer nuestros propios fines y sin importarnos las consecuencias de nuestros actos, llegando a profanar de tal modo el medio en que vivimos, que asistimos inexorablemente a nuestra propia destrucción.
En medio de este caos, la física cuántica surge como resultado de observaciones «mágicas», que muestran otra realidad. Esta física consiste en la observación del micromundo contenido en el átomo, cuyos componentes producen nuestra realidad básica y nuestra vida cotidiana. En una primera etapa, los físicos cuánticos seguían la teoría de que no se podía decir nada acerca del «mundo real». Sin embargo, todos sabemos que hay un mundo real, ya que si le damos una patada a una pelota, ésta puede aterrizar en el campo del vecino, romper ventanas, golpear a alguien.
Dana Zohar, autora de «La conciencia cuántica», propone que los seres humanos conscientes, seríamos el puente natural entre el mundo cotidiano y el mundo de la física cuántica, para comprender lo cual es necesario dar una mirada más profunda a la naturaleza y el papel que desempeña la consciencia en el esquema de las cosas, lo cual llevaría a una comprensión filosófica más profunda de ambos mundos. Dana propone la teoría de que la consciencia, igual que la materia, emerge del mundo de los acontecimientos cuánticos, de modo que ambos tendrían una madre en común, en la realidad cuántica.
Nuestras pautas de pensamiento y nuestras relaciones con nosotros mismos, con los otros, con el mundo, podrían explicarse siguiendo las mismas leyes y pautas de conductas que gobiernan el mundo de los fotones y electrones. Si nuestro intelecto extrae sus leyes de la naturaleza, podemos suponer que nuestra percepción de esas leyes, debe reflejar la realidad de esa naturaleza.
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- por
Lic. Susana Berman
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