Comunicar es intercambiar, compartir, poner algo en común y hacerlo público. El experto en comunicaciones en la mitología griega, es el dios Hermes, el de las sandalias aladas. Debido a su estrecha conexión con la transmisión de los mensajes, Hermes también representa esa parte de nosotros/as que comunica, hace preguntas, averigua, investiga, cuestiona y curiosea.
Por medio de la pregunta y la investigación, Hermes se complace en trascender la ilusión. Es el gran operador de la ilusión, análogo al Mago del Tarot, una figura que se mueve cómodamente en el reino de la ilusión, pero… ¡sin dejarse engañar por ella!
Uno de los sentidos de la ilusión consiste en creer que determinada forma que tienen las cosas tal como se nos manifiestan es la única, la única forma, la única realidad y que esa única forma perdura inalterable en el tiempo. Esta creencia suele conducirnos a tragar –de la misma forma en que a veces, tragamos un alimento sin masticarlo- lo que es ilusión como si fuera una verdad absoluta.
Lo deseable sería asumir la ilusión, pero sabiendo que es eso, una ilusión.
La madre de Hermes se llama Maya y uno de los significados de su nombre se relaciona, precisamente, con la ilusión.
Destaquemos entonces que Hermes, el dios de la mitología griega relacionado con la comunicación, vino a nosotros de la mano de la ilusión.
Pero Hermes también es hijo de Zeus o Júpiter, quien nos impulsa a desarrollar una visión más amplia, a distinguir lo esencial de lo accesorio, es decir, los intereses en juego, y a preguntarnos por el sentido de los mensajes que recibimos y de los que emitimos. Este detalle mitológico es especialmente relevante hoy, aquí y ahora, cuando el derecho a la comunicación y a la pluralidad de voces se debate en foros y congresos.
Si tomamos nota de la paternidad de Zeus, probablemente llegaremos a preguntas semejantes a las siguientes: ¿cuál es la sensación predominante que me deja este mensaje? El tema de este mensaje ¿será sólo como me lo están presentando? ¿O será más complejo? ¿Quiénes no tienen voz en este mensaje? ¿Y quiénes sí la tienen? ¿cuál es el formato en que viene encapsulado el mensaje? ¿Qué es lo que seguramente no voy a percibir, según este formato? La «materia comunicacional» es más, no sólo en el sentido de cantidad sino también en el de complejidad, que lo que vemos y escuchamos a diario.
Los romanos, al dios Hermes, lo llamaron Mercurio. Su nombre se conecta con el sustantivo merx, que significa «mercancía». Esta raíz está presente por ejemplo, en nuestras palabras, «comerciar», «mercado», «mercader», «mercantil». Mercurio también pone en contacto la comunicación y el mercado, con todas las fortalezas y los riesgos que esto supone.
por Lic. Ani Zetina