El Libro de la Creación – El Sefer Yetzirá
La Cábala está destinada a cada judío. Se cuenta que sobre el Sinaí fue revelada la Torá a Moisés y tal revelación obliga a los israelitas a conocerla. El mismo Maimónides incluye en sus prescripciones la obligación que tiene todo judío de instruirse, no sólo sobre la Torá, sino también sobre otros asuntos referidos a la Creación (Bereshit) y al carro (Mercavá).
El Sefer Yetzirá es el más importante de los libros místicos y es la transición entre el misticismo judío de Oriente y la Cábala europea. Es el libro filosófico más antiguo escrito en hebreo. Fue escrito en el siglo VIII y la tradición se lo atribuye a Abraham y también al rabí Akiva.
Los textos del Sefer Yetzirá no están completos y recién en el siglo XVIII fueron traducidos al inglés y al francés. Pero, a pesar que faltan muchos fragmentos, conserva un orden donde se pueden encontrar explicaciones acerca de las emanaciones del Creador, las Sefirot; sus principios morales y las interrelaciones entre las letras sagradas, el hombre y el universo.
El Sefer Yetzirá traza un paralelo entre el origen del mundo y las 22 letras del alfabeto hebreo; explica los «32 senderos sabios» que Dios creó entre el macro y el microcosmos.
Para la creación de los 32 senderos, Dios tuvo en cuenta tres palabras:
Sefar, que representa el cálculo, la letra considerada como cifra;
Sefer, la escritura, lo numerado;
Sipur, que expone la emisión de la palabra.
Así entendemos que todo comenzó con la Palabra, el Verbo, y según los cabalistas, para que este Verbo pueda ser pronunciado, el Creador lo talla en cinco regiones de la boca:
Garganta: Alef, Hei, Jet, Ain
Labios: Bet/Vet, Vav, Mem, Pei/Fei
Paladar: Guimel, Iod, Jaf/Kaf, Qof
Lengua: Dalet, Tet, Lamed, Nun, Tav
Dientes: Zain, Semej, Shin, Resh, Tzadi
Las Sefirot
Son emanaciones de Dios y simbolizan diez aspectos distintos del Creador, constituidos por diez círculos que revelan la multiplicidad de lo Uno, de su divinidad. Están representadas por los diez dedos de las manos, que reciben, durante la plegaria (con las palmas hacia arriba) la energía, la bendición del Todopoderoso.
El origen de la primera séfira está en el soplo que se llama Ruaj. En la segunda séfira se esculpieron las 22 letras del alfabeto sagrado. En la tercera surgió el agua. Luego, el agua hizo surgir la tierra y en la cuarta séfira apareció el fuego, en donde el Hacedor selló sus nombres: arriba, abajo, en el norte, en el sur, en el poniente, en el levante.
Las seis sefirot restantes indican los cuatro puntos cardinales y los dos polos. Las sefirot y las 22 letras forman un camino que es el intermediario entre la infinitud de Dios y la finitud del hombre.
En la primera séfira surge la Luz Divina. No se sabe cómo, pero sí que son emanaciones del pensamiento del Hacedor. En el Sefer Yetzirá se trata de explicar las luces de ese pensamiento: el Principio de los Atributos. Las sefirot actúan como vasos recolectores que recogen las sustancias absolutas de las cosas y nunca sufren alteraciones; pero que, al alejarse de la Fuente de Vida, pierden su brillo y su fuerza.
por Lic. Constanza Lofredda
EL ARBOL DE LA VIDA
La Qabala abre el acceso a lo oculto, a los misterios, nos permite conocer la naturaleza interna de los hombres, así como la naturaleza externa.
Hay un concepto básico de que existe una realidad interna o esencia de las cosas, aparte de su apariencia externa. El concepto de las escuelas Herméticas, es que Dios hizo al Hombre a su imagen, de manera que el conocimiento del hombre puede conducir al conocimiento de Dios. Así como Dios creo a la Naturaleza, ésta oculta y revela, al mismo tiempo a Dios mismo.
Toda manifestación en le mundo material tiene sus raíces en un plano superior, Dios mismo es la causa primordial de todas las cosas. Las enseñanzas de los «Misterios», van mas allá de la mente racional, y es muy cierto que para la mayoría de la gente, la cual no puede apartar su mente de los procesos lógicos y netamente materialistas, estos «Misterios» carecen de sentido.
La Qabala es un sistema de relaciones entre símbolos, siendo estos los que abren las capacidades ocultas de la mente. El Arbol de la Vida es el diagrama básico sobre el que trabaja la Qabala.
Este Arbol consiste en diez esferas y veintidós senderos que las interconectan. El Arbol de la Vida es un símbolo del Alma del hombre y del Universo.
En una visión muy amplia podemos decir que las esferas o Sephiroth, son etapas en las emanaciones del Espíritu de Dios, desde la Existencia Primordial hasta la manifestación física. Las Sephiroth son como centros de Fuerza inagotables, y están numeradas del uno al diez.
Toda manifestación se basa en la dualidad, o sea que en le Arbol esta representada esta dualidad, formando así las tres Sephiroth de la derecha, el Pilar Activo, Masculino, y las tres Sephirot de la izquierda, el Pilar Pasivo, Femenino. Esta dualidad también se manifiesta en cada Sephirah. La única Unidad se encuentra en lo No-Manifestado, el cual esta por encima del Arbol.
Lo No-Manifestado seria como el estado puro de No-Existencia de donde surge la Existencia, la primer Sephirah. Las Sephiroth del centro forman el Pilar del Medio o del Equilibrio.
Los Senderos que conectan a las Sephiroth son veintidós y son los vínculos que interconectan a las Sephiroth.
El Arbol esta dividido en cuatro niveles conocidos como los Cuatro Mundos estos son:
El Mundo Arquetípico llamado Atziluth, el Mundo Creativo llamado Briah, el Mundo Formativo llamado Yetsirah, y el Mundo Material llamado Assiah.
El Mundo Arquetípico es en donde todo se allá en estado como de latencia, allí todo esta en potencia.
En el Mundo Creativo se encuentra la fuerza pura y las ideas de las formas.
En el Mundo Formativo todo esta en proceso de formación, como imágenes o conceptos mentales.
El Mundo Material es donde tiene lugar la manifestación física. Cada Sephirah tiene un nombre que la representa. Comenzando desde arriba del Arbol tenemos:
Kether la Sephirah numero uno.
Chokmah la Sephirah numero dos.
Binah la Sephirah numero tres.
Chesed la Sephirah numero cuatro.
Geburah la Sephirah numero cinco.
Tiphareth la Sephirah numero seis.
Netzach la Sephirah numero siete.
Hod la Sephirah numero ocho.
Yesod la Sephirah numero nueve.
Malkuth la Sephirah numero diez.
por Aníbal O.
ESQUEMA DEL ARBOL SEFIROTICO
Keter (corona), primera séfira. Es la cabeza de donde emana la luz. A partir de allí surgen las 22 letras del alfabeto hebreo. Keter es el NO SER, no la NADA; es el YO SOY o YO SERé. El resto de las sefirot forman una escala que une a Keter con Maljut (el Reino).
Luego convocó a Mem, la coronó y formó la tierra en el mundo, el frío en el año y el vientre en el macho y en la hembra. Más tarde coronó a Shin, formó el cielo, el calor en el año y la cabeza en el macho y en la hembra. Así, el Todopoderoso siguió estampando el alfabeto y creó medidas de tiempo, planetas, constelaciones y cualidades humanas.
De Keter nacen Jojmá (sabiduría), principio macho activo, y Biná (inteligencia), principio hembra pasivo. Jojmá y Biná son los platillos de una balanza y con Keter forman un triángulo indivisible, el Rostro Oculto, el Misterio de los Misterios.

De Jojmá nace Jesed (clemencia) y de Biná, Guevurá (rigor). Guevurá y Jesed se complementan con Tiferet: tres atributos divinos que culminan con la séfira Tiferet, que representa la belleza.

Además, Tiferet es la armonía del Bien y de allí surgen Hod (gloria) y Netzaj (victoria). Belleza, gloria y victoria culminan en la novena séfira, que es Yesod: fundamento, elemento reproductor, principio generador del universo. Maljut es la última séfira y simboliza el Reino, atributo armónico entre las cualidades divinas y el mundo.

Observando el cuadro sefirótico, podemos apreciar un mundo no manifestado, el Ein Sof, el Secreto, lo que el hombre jamás comprenderá.
Estos diez aspectos divinos pueden esquematizarse en una rueda sefirótica que representa el corazón de Dios, en cuyo centro está la belleza (Tiferet). Desde Tiferet surgen una serie de venas por donde circula la Savia Divina.
Los 32 caminos
Dios dibujó 32 caminos desde la corona (Keter) hasta el Reino (Maljut).
El número 32 es la quinta potencia de 2, es la quinta esencia del hombre. Estos 32 caminos están representados por las 10 sefirot y las 22 consonantes hebreas.
A la derecha del árbol está el plano de la expansión y a la izquierda el de la atracción.
Expansión -positivo- macho
Atracción -negativo- hembra
La hembra atrae al macho
Diez dedos, diez sefirot, relación hombre-Dios y el decir, la lengua. El decir y el hacer. Por medio de la palabra, el hombre ejecuta con sus manos y le da forma a sus pensamientos.
Yesod es la séfira que expresa Fundamento. Denota el órgano viril de la Creación. Diez dedos de los pies y el centro, significando el pacto entre Abraham y Yahveh: la circuncisión.
El árbol de la Vida marca la evolución del hombre, su ascenso para alcanzar Atributos Divinos, para crecer místicamente, para conocer la Verdad.