INTELIGENCIA EMOCIONAL

Mente-cerebro: una sociedad perfecta

Para los antropólogos el cerebro orgánico se divide en tres partes: el cerebro externo, el cerebro medio o mamífero inferior, y el cerebro antiguo llamado también reptil por su forma anatómica.
De todos ellos, el que más se relaciona con la mente es el cerebro reptil, porque contiene las emociones primitivas y los instintos de supervivencia y conquista; además se encuentran en él, entre otras, las funciones primarias vitales como la respiración y la regulación del calor corporal.
El cerebro externo o neo-cortex tiene a su cargo la importante función del pensamiento y el razonamiento intelectual. Pero, aunque muchos saben que este cerebro está compuesto de dos hemisferios cerebrales, muchos también ignoran que el hemisferio izquierdo maneja la lógica y todo lo relacionado con ella, mientras que el hemisferio derecho tiene que ver con la emoción y también con los sentimientos negativos como los miedos, las culpas y el resentimiento.
Sin embargo, esto no significa que una persona con hemisferio izquierdo dominante -la lógica- no tenga emociones negativas como miedos o culpas. Es necesario aclarar esto, porque se tiende a pensar que las personas «lógicas» sólo tienen sentimientos y emociones en permanente equilibrio. Todas las personas tienen un hemisferio dominante; algunas pueden ser extremadamente lógicas (hemisferio izquierdo), y otras por el contrario pueden ser extremadamente emocionales (hemisferio derecho).
Por supuesto que el equilibrio pasa por la función conjunta de ambos hemisferios, pero -y éste es el problema- casi todos «manejan» inconscientemente, todo el tiempo, el hemisferio izquierdo o el hemisferio derecho.
Antes de determinar si una persona es hemisferio izquierdo o derecho, es necesario conocer brevemente las cualidades de cada uno.
Las personas con predominio del hemisferio izquierdo son lógicas, razonan todo paso a paso, se informan exhaustivamente antes de actuar, y muchas veces no concretan lo que quieren por exceso de razonamiento.
Las personas con predominio del hemisferio derecho son emocionales, intuitivas, poco dadas a razonar, en algunos casos extremadamente sensibles y perceptivas. Estas personas suelen sacar conclusiones por lo que sienten y no por lo que piensan; pese a ello, cuando siguen la voz de su intuición, generalmente no se equivocan.
En oriente llaman al hemisferio izquierdo «El día», porque para las personas con este hemisferio dominante, todo es claro bajo la luz de la razón; en cambio al hemisferio derecho lo llaman «La noche», porque tiene que ver con la intuición, con lo que se siente, y no se puede explicar a la luz de la razón. Sin embargo, para la educación occidental, las personas con hemisferio izquierdo dominante han sido hasta hace muy poco tiempo valorizadas como genios.
Del mismo modo las personas con hemisferio derecho dominante, donde están presentes emociones y sentimientos, han sido desvalorizadas.
Por ejemplo: es frecuente que entre dos hermanos, que están cursando la escuela primaria, se destaque la lógica como un aspecto sumamente brillante de la personalidad de uno de ellos; mientras que el otro, con el hemisferio derecho dominante, es desvalorizado por sentir más emoción que razonamiento.
A la luz de recientes estudios e investigaciones, se sabe que una persona con hemisferio derecho dominante, y por lo tanto con una personalidad tendiente a demostrar sus emociones, tiene más posibilidades en áreas que requieren gran creatividad. Los ejecutivos de grandes empresas en el mundo son personas con dominio de ambos hemisferios; es decir son lógicos y emocionales, y la emoción -no hay que olvidarlo- complementa perfectamente a la razón. El trabajo sincronizado de ambos hemisferios logra una perfección que permite a las personas vivir mejor, con experiencias positivas de gran plenitud.
La frecuente comparación del cerebro humano con una computadora es totalmente equivocada; las computadoras conocen dos estados posibles:
0 – 1sí o no.
El cerebro humano conoce, acepta, y sobre todo resuelve, cientos de estados en miles de situaciones diferentes. Es mucho más asombroso, impresionante y perfecto que la más sofisticada computadora: es una lástima que sólo una minoría conozca la maravilla que tiene a su disposición, para aprovechar mejor la vida.

APLICACIONES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

El término inteligencia emocional es, en simples palabras, la aplicación inteligente de las emociones.

Cuando la persona tiene un conocimiento eficaz sobre su inteligencia emocional puede encauzar, dirigir y aplicar sus emociones, permitiendo así que las mismas trabajen a favor, y no en contra de la personalidad.
En esta forma las emociones pueden guiar todas las actitudes de nuestra vida hacia pensamientos constructivos, que mejoren en forma absoluta los resultados finales que queremos alcanzar.

Tiene aplicaciones infinitas: en nuestro entorno, en nuestra familia, en el trabajo, etc.
Es un precioso instrumento para solucionar desde una situación desagradable con un empleado que trabaja con nosotros, finalizar un trato con un cliente particularmente difícil, hasta resolver en forma definitiva y tranquila las difíciles situaciones familiares que la mayor parte de las personas vive como algo destructivo, cansador y frustrante.
La inteligencia emocional puede ayudarnos «desde adentro», desde nuestro ser interno, o en aplicaciones interpersonales, ayudando a los demás. El conocimiento sobre este tema es simple y efectivo: puede cambiar situaciones muy negativas en situaciones de éxito y concreción; puede permitirnos la importante actitud de perseverar en una tarea hasta terminarla. Con la aplicación de la inteligencia emocional podemos enfrentar impedimentos que no permiten el éxito que buscamos, disfrutando las vivencias en lugar de padecerlas. Por ejemplo: una persona que trabaja en una gran empresa tiene miedo que la envíen a otra sucursal y evita el encuentro con el jefe que presuntamente dará esa orden.
Aplicación de la inteligencia emocional: «¿solucionó algo con esta actitud?»; al no hablar con él está postergando la presunta mala noticia: además la noticia podría ser buena, tal vez no sería enviado a otro lugar. Lo único que está logrando con su actitud es aumentar sus miedos, bloquear el razonamiento y prolongar quizás por días y semanas una situación de incertidumbre.
Esta situación de incertidumbre puede llevarlo a vivir cotidianamente con preocupación y hasta con un permanente estado de malestar.

EDUCACIÓN EMOCIONAL

las emociones son evaluadas en el mercado laboral

Muchas personas gustan imaginar el cerebro humano, y su correlato, la mente, como una perfecta computadora, lógica y racional.

En la década del 80 (denominada la década del cerebro) se intensificaron los estudios dirigidos a investigar más profundamente el órgano que tan poco utilizamos en relación a su enorme potencial. Estas investigaciones llegaron ¡por fin! a determinar que las emociones juegan un rol muy importante y definitorio en la capacidad del ser humano para vivir mejor.
La trascendente conclusión determinó que ya no nos ajustaremos sólo a un coeficiente de inteligencia basado en informaciones intelectuales, sino también y en gran medida a un coeficiente emocional.

Un coeficiente emocional óptimo es alcanzado por aquella persona que conoce sus emociones negativas y, lo que es más importante, puede resolverlas. La persona que no conoce sus propias emociones negativas, o que conociéndolas es incapaz de manejarlas, está afectando en distintas medidas su vida laboral, su vida de pareja, su vida de familia y su particular visión del mundo.

Las agencias de empleo en todo el mundo no se dejan impresionar más por personas con «perfil frío» que parecen incapaces de entusiasmarse mucho con un proyecto, o con tendencia a no ser participativas en un equipo de trabajo, a causa de sus miedos inconscientes, impedimentos éstos que pueden bloquear el camino hacia un futuro exitoso.
La educación de las emociones tiene ya la categoría que siempre debió tener. Lograr la capacidad para conocer las propias conductas y saber manejarlas, es tan importante como tener un muy buen coeficiente intelectual, para obtener un valioso cargo en cualquier empresa.

¿QUÉ OCURRIÓ CUANDO FUIMOS NIÑOS?

Cuando en nuestra vida ocurren una y otra vez acontecimientos desagradables, nos preguntamos qué hacer, y en la mayoría de los casos se nos aconseja acudir a un profesional capacitado.
Seguramente ese profesional, luego de escucharnos, remitirá la causa del problema a los primeros años de vida.

Muchas personas se resisten a esto, porque sienten que recordar situaciones que nos ocurrieron siendo tan niños puede ser doloroso. Sin embargo, hay razones fundamentales para indagar en los primeros años. Una de las más importantes es que ya en el primer año de vida aprendemos a luchar por un espacio propio emocional.
El instinto de supervivencia está acompañado por necesidades emocionales como cuidados, seguridadintimidad, sentimiento de pertenencia, y sobre todo reconocimiento. El tratar de mantener estas necesidades tan importantes en equilibrio, está antes que cualquier otra cosa que queramos hacer en el entorno. Lo fundamental es entender que luego, ya adultos, en cada acto de la vida, tenemos la constante e imperiosa necesidad de sentir reconocimiento. El reconocimiento es un sentimiento básico y normal que debería regir la vida de todos los seres humanos. Pero… una gran parte de ellos no sienten este reconocimiento, y entonces, sin darse cuenta, se vuelven controladores de los demás, en una búsqueda constante por calmar la falta de reconocimiento.
Una persona puede haber tenido una mediana educación en colegios no muy prestigiosos, pero si ha tenido en su hogar, en la medida necesaria, cuidados, seguridad, intimidad, y sobre todo reconocimiento, es probable que sea absolutamente seguro en situaciones desagradables que otro no podría manejar, teniendo el éxito como compañero de camino en todo cuanto emprenda.

por Lic. Martha Lattanzio

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