CIENCIA Y ESPIRITUALIDAD

A partir de la Revolución Científica del siglo XVII y de la Revolución Industrial del siglo XIX, Occidente aumentó vertiginosamente la capacidad humana de transformar el medio ambiente, en grados inconcebibles hasta ese momento y abismales si los comparamos con las demás especies animales. Los avances de la ciencia, de la tecnología y de los medios de producción posibilitaron un aumento exponencial del confort a todo nivel, de la salud, de la expectativa de vida, de la creatividad, de la comunicación y de la interacción entre los seres humanos.

Pero lo que comenzó con un aumento del confort y de las posibilidades se fue deslizando paulatinamente hacia una orgía de consumismo, de contaminación del planeta y sus alrededores, y de desigualdad social, tanto a nivel nacional como planetario.

Hemos polucionado a tal punto nuestra Tierra que se torna cada vez más cercana la posibilidad de que no pueda ya satisfacer nuestras necesidades. Día a día destruimos su belleza y su biodiversidad. En nuestras sociedades hiperdesarrolladas reinan la violencia, las adicciones, la soledad, la depresión, la angustia, el stress.

¿Por qué? 

A mi entender, la causa radica en que la ciencia, la tecnología y la productividad, vinieron «engarzadas» en una determinada cosmovisión, que comienza a gestarse con Descartes y Newton, y que desemboca en el siglo XIX en una concepción mecanicista y desacralizada del universo. Pareciera que una visión científica y pensante sólo puede admitir un universo inanimado, rígidamente determinado por un lado, pero cuya existencia y sentido no vislumbran otra causa plausible más que el azar. No es de extrañar que el encontrarse viviendo en esta máquina inanimada, que gira sin meta visible en el gigantesco espacio sideral, genere en los seres humanos sentimientos de desolación, sin sentido y absurdo existencial.

Pero ¿tiene que ser necesariamente así? ¿No existe algún paradigma en el que puedan convivir la racionalidad y el pensamiento científico, tecnológico y económico con una visión espiritual del universo? ¿Que satisfaga a la vez a la razón y al alma?

Mi corazón y el de todos los místicos siempre dijeron que sí. Creo que existe una espiritualidad holística, una visión de un universo sagrado apta para mentes pensantes del siglo XXI.

Dicha espiritualidad está disponible para todos, utilizando su propio saber interior, entendiendo por tal el acceso inmediato a estados de conciencia que le propongan respuestas existencialmente satisfactorias no mediadas por terceros.

Sólo un cambio en nuestra mirada permitirá que podamos vivir felices en este planeta maravilloso. Tal es el camino del espíritu.

por Prof. Dra. Ana Rita Jachimowicz

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