la meditación ayuda físicamente a relajar todo el cuerpo aflojándolo, los pensamientos dejan de fluir, el hemisferio izquierdo o racional baja su frecuencia hasta unirse al hemisferio derecho o intuitiivo-creativo
Reconociendonos
El trabajar nuestra personalidad nos permitirá ver con objetividad nuestros propios conflictos encontrando paulatinamente un estado de equilibrio.
La metafísica apunta al autoconocimiento del ser. Este, a través del mismo, aprende a vivir en libertad, a ejercitar su poder, a revertir lo que le molesta si ello está alejado de Dios.
En los tiempos que estamos viviendo de tanta materialidad, de tanto tasar por el tener, la Naturaleza nos abre una puerta hacia la sensibilidad a través de los Niños Indigo.
En este momento las cosas que vemos no son nada fáciles de interpretar. Estamos observando acontecimientos en la superficie, que tienen otro significado en el nivel más profundo.
Esa sensación que surge del malestar y parece brotar de las entrañas como un volcán en erupción, que por un lado nos empuja a seguir adelante pero por el otro se convierte en un arma destructora y que además nos trae más problemas que el problema mismo, es la del enojo.
Esa sensación que surge del malestar y parece brotar de las entrañas como un volcán en erupción, que por un lado nos empuja a seguir adelante pero por el otro se convierte en un arma destructora y que además nos trae más problemas que el problema mismo, es la del enojo.
Esa sensación que surge del malestar y parece brotar de las entrañas como un volcán en erupción, que por un lado nos empuja a seguir adelante pero por el otro se convierte en un arma destructora y que además nos trae más problemas que el problema mismo, es la del enojo.
Vivimos en un mundo de polaridades y mayoritariamente nos hemos estado moviendo en una zona de grises, o sea, no somos ni muy buenos ni muy malos, no nos consideramos ladrones pero tampoco absolutamente honestos, no somos ricos pero no nos falta nada.
Seguramente hemos percibido que los cambios se suceden rápidamente en estos tiempos. Los vemos a nivel planetario y también en lo personal.
Todos hemos ido armando desde pequeños una «forma» determinada para mostrarnos a los demás, en general con esta «forma» nos sentimos de cierta manera protegidos en los lugares donde pensamos que seríamos vulnerables.